El Poeta Manco pone el dedo sobre la llaga
Ciruela en sazón a punto de reventar
del peso de tu propia miel y
arrogante portadora de los pechos
que condenan a este mi muñón a permanecer
siempre a una palma de tu escote.
El Poeta Manco
del peso de tu propia miel y
arrogante portadora de los pechos
que condenan a este mi muñón a permanecer
siempre a una palma de tu escote.
El Poeta Manco
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