05/08/2005
Anónimo
Seis, siete, tal vez ocho años de edad me separan de mis dos amigos que me acompañan en este jugueteo veloz con la muerte; quizá un instante para los espíritus siempre jóvenes e inmortales; quizá una eternidad para el espíritu senil que a veces cree haberlo visto todo.
Zaratustra, Zaratustra, intento en este momento supremo recordar tus palabras y evocar tus oídos siempre atentos a los corazones que aman al hombre. Aún sonrío, aún sueño, aún persevero, pero esta vejez prematura y esta melancolía perenne amenazan con lanzarme de cabeza desde el vehículo en movimiento.
Anónimo
Seis, siete, tal vez ocho años de edad me separan de mis dos amigos que me acompañan en este jugueteo veloz con la muerte; quizá un instante para los espíritus siempre jóvenes e inmortales; quizá una eternidad para el espíritu senil que a veces cree haberlo visto todo.
Zaratustra, Zaratustra, intento en este momento supremo recordar tus palabras y evocar tus oídos siempre atentos a los corazones que aman al hombre. Aún sonrío, aún sueño, aún persevero, pero esta vejez prematura y esta melancolía perenne amenazan con lanzarme de cabeza desde el vehículo en movimiento.
2 comentarios
Cambero -
Vik -