25 de Marzo de 2006
A la Comunidad Autónoma de Debate Libre.
El que suscribe, J.L.L. alias El Poeta (mote cuya enternecedora ironía aún me conmueve), informa:
La Segunda Gran Fiesta del Arrabal se llevó a cabo el día viernes 24 de marzo conforme quedó establecido en un apresurado correo que el mismo día del evento se encargó de comunicarlo. Formalmente y haciendo una evaluación a vuelo de pájaro, la reunión fue un éxito para el Comité Organizador a pesar del robo hormiga de cerveza que se registró en las primeras horas de baile y por lo cual hubo de ser cerrado el acceso a la parte posterior del recinto que nos albergaba. Allí, un par de acomedidos responsables le puso precio al alcohol respetando las normas de libre mercado que el evangelio del capitalismo evolucionado predica. Sin embargo, el registro de los acontecimientos que a continuación hago pertenecen a una interpretación personal de esta noche. Asimismo intento sacar a la luz los síntomas de una enfermedad que se verifica al interior de nuestra Comunidad.
La fiesta, en lo personal, me mostró el tamaño de la fractura que veo en nuestra utópica hermandad. Lo que debió ser, una vez más, un pretexto para afirmar el poder de nuestras personalidades reunidas se convirtió en una reunión con facha de cóctel y bacanal sin ningún faro fraternal que orientara el sentido de mi ingestión alcohólica y mis imputados alardes de hombre de gran mundo.
Tres grandes ausencias, sumados al intercambio apresurado y superficial de comentarios entre los tres que sí asistimos, me demuestra que contra todo, esa noche ninguno de los integrantes de la hermandad estuvo presente. La paternidad, el amor y el ascetismo son valores que no pretendo negar. Pero en este punto el tiempo merece nuestra mirada nostálgica hacia un pasado que hoy veo abolido por las circunstancias más elementales que se hallan en la vida de un hombre. La fidelidad a una causa que jamás se puso de manifiesto entre nuestras borracheras memorables y los testamentos nocturnos en Molachos y las calles de esta ciudad, andan sobre la cuerda floja. El individualismo alcohólico gana la batalla a la añoranza que pusimos como una intravenosa en nuestro corazón colectivo durante tantas farras llenas de poesía.
El regreso y sus deudas, la ignorancia voluntaria de ocho dígitos, las disputas por mujeres, el comienzo del calendario escolar, la depresión postuniversitaria, los deberes conyugales, el hallazgo del amor o cualquier otro pretexto servirían a un pesimista para decir que nos fulminó un rayo, y a la mierda. ¿O es que las novelas de caballería pasaron de moda?
5 comentarios
Anónimo -
Uc
Víctor -
Víctor -
Valga decir por el momento que a todos los estimo y que con cualquiera iría gustoso al Mictlan; pero para qué, si también existe el Tonatiuhchan
Anónimo -
Uc
Me duermo en los entierros de mi generación -
No fabriques nostalgias prematuras hermano.
Nos vemos entre las cuatro y las cinco de hoy Domingo en los brazos de Doña Lala, ya veremos si ahí ruedan lágrimas de pulque.
Cid.