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LA CIUDAD Y LA SOLEDAD

Él no puede escribir, el zumbido de los carros no le deja escribir.
Él está entre el agua y la rabia del asfalto.
Él guarda en su bolsillo tres poemas, guarda tres rostros de mujer.

Sólo son tres calles entre él y ella,
Sólo son tres cigarrillos, para olvidar el rumor de los autos y comenzar a escribir.

Tres minutos más y la lluvia ha tocado cada piedra del puente,
Arquitectura de piedra, extensión de la tierra.

Él se ha olvidado de maldecirle a la ciudad su ruido, su olor, su ira………….
Tres nostalgias en su libreta: ternura de mujer, murmullo de mujer, aroma de mujer…….
A él le bastan tres copas de cantina: cigarro, deseo, licor……….

Él no sabe si ha contado más de tres mentiras o menos de tres verdades,
Él sabe que este río, testigo ausente de ciudad, ha visto a muchos escribir más de tres líneas, como las de él, sin originalidad.

El volverá de nuevo a levantarse por la madrugada a las 3:00am, con la misma canción, un agobio de asfalto y un sudor salado como de mar.
En su cama él, solo sin ninguno de esos gestos que pretendió atrapar en-tres sus bocetos.

Sólo le quedará mirar por la ventana, el débil reflejo de los asfixiantes anuncios de neón.
Le quedará el olor a tabaco quemado,
Y el lejano sonido de tres pasos que caminan, sin saber que buscar, solos…en las calles de esta ciudad……..

Cid urbano.
Valencia 2 marzo, lluvia y tinto en el río

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