Haciendo a un lado el lenguaje
mágico de las palabras, ignorando
el efecto de la palabra, escogemos
movernos en el mundo abstracto
de las cosas, donde el hombre
no tiene historia sino naturaleza,
el símbolo no es parte del hombre,
más bien el sentido consume el
significado humano, la proporción
es emotiva a través del cristal en
donde no se pueden ver las señales
de la realidad, son contradictorias,
no existe lógica ni razón, lo único
perceptible es la sensación.
Dentro de las diferencias hay
por supuesto similitudes, el hombre
y el animal, tú y yo, los demás
y los de menos, todo gira y gira,
todo sin cesar , con que placer
lo comprendes si en realidad no
sabemos que querer: ¡¿sueños?¡.
No se sabe si estructuramos
el lenguaje a través de formas
para entenderlo o desentenderlo,
o si los sueños son el lenguaje
onírico de la realidad, pero ni si
quiera se si esto que soy contiene
un poco de verdad, sólo te puedo
hablar del recuerdo del olvido,
de ante mano es a mal o a bien
sabido el placer de haberte conocido,
aun después de estar enterado de lo
que sucede al enamorado, fallece
irreconocible sin esperar sólo
aquello más allá de lo vivible, en ese
mundo donde nosotros somos todo,
llenamos por completo el espacio
y llegamos al lugar que nos conduce
al inconsciente en donde el sitio
no esta presente para los hombres
impacientes.
D S
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